Menu planner, por fin!

17/3/18

Un día desayunando con Lía, después de dejar a nuestras hijas en el colegio, hablábamos de lo pesado que es armar las viandas todos los días. De esto debe hacer por lo menos 2 años. Porque el año pasado no fue seguro, y el anterior... mmm.... no puedo asegurarlo!

Lo que me acuerdo que ese día le dije a Li que iba a armar un post para compartirlo. Es que el año anterior había armado un planner mensual y me había resultado genial. Peeero ese planner incluía Guiso de lentejas, entonces llegó septiembre, calorcito y al pobre menú nunca le llegó el cambio de temporada... hasta ahora!

Un poco porque este año viene -por suerte- con mucho laburo y si no me organizo se me despelota todo! Ergo terminamos comiendo siempre lo mismo.

Otro poco porque es importante tomar conciencia -y concientizar- sobre lo importante que es decir #NoalaObesidadInfantil. 
Argentina es el país con mayor tasa de obesidad infantil de Latinoamérica. Y la obesidad causa un montón de problemas de salud. Pero además no pasa sólo por ser o no obeso, sino que eso es la señal de que estamos comiendo pésimo.

Y, last but not least, es un placer entrar a una casa con olorcito a comida recién hecha. O, mejor aún, a una torta en el horno!

Cocinar casero además de más rico y más sano es mucho más barato que el delivery. Si, es un pelotazo, más laburo, ya sé... Es que no importa qué comamos en casa cada día, a mí me consume mucha energía! Me aburre cocinar/ pensar en qué comemos/ hacer las compras/ que siempre falte algo/ y así todos los días de la vida. Esos meses que tuve planner fue mucho más relajada la organización! 

La clave está en armar un menú variado, saludable, equilibrado. En casa no somos para nada extremistas... podemos comer chatarra, gaseosas, helados e ir a McD cada tanto (cada vez menos) con la conciencia tranquila de que nuestro cuerpo está relativamente bien cuidado.

Con esto en mente armé el menú x 5 semanas. Obviamente no es para seguir a rajatabla 😉. Si nos antojamos con algo, o me da fiaca, o justo ese día no quiero x cosa, se cambia el menú y listo.
Pero me sirve como referencia y organizarme mejor.

#lachicadeltoc puso colorcitos para cada tipo de comida: Carne/ cerdo/ pollo/ pescado/ vegetariano/ chatarra, me ayuda a tener un panorama rápido de que estamos comiendo últimamente, o qué vamos a comer los próximos días.
Y ahora sí, el plan en mi cocina:































También esto pasará

27/1/18

Hace tiempo que tengo ganas de volver a escribir por acá. No me salía. Empecé varias veces, varios temas, desde reflexiones sobre como seguir adelante, hasta un post divino sobre el cumple de #hijamenor (que con ayuda de @allmailoving @papelesp y @craftinghour quedó de maravillas).
Pero todo esas cosas me significaban volver sobre el dolor del último post. Y no tenía ganas.
Hasta que se alinearon los planetas para este post que se escribe solo.

La 1ra señal fue cuando le regalé una Kindle a @seimandor y caí en la cuenta que ya casi no tenía libros nuevos en casa (él lee abrumadoramente, todo el tiempo, y yo suelo engancharme en algunas de sus lecturas). Que faltaba poco tiempo para las vacaciones (mi momento del año para leer sin prisa y sin pausa) y no iba a tener libros (ponele) porque Esteban iba a estar con su Kindle y yo mirando el mar (ponele). Entonces decidí que, en vez de comprar 3 libros para llevar a la playa, era momento de estirar un poco el presupuesto y tener mi propia Kindle. Y de paso, elegir lo que tuviera ganas de leer, sin pensar tanto en qué elegía leer mi marido.
La 2da fue cuando Juli @mamyalaobra empezó con el desafío #metalectura18, sumando a @florferramondo, @paulavisne @ladyfloxis @mariana_gabis y otras lectoras con las que solemos cruzarnos recomendaciones.
(Y aunque todavía no se sumaron, también solemos cruzar recomendaciones con @veropalazzo @papelesp @dolores_mendilaharzu @terejujuy @la_lolaperez @soloparami y tantos más, porque no jodamos, Instagram no se usa soooooolo para perder el tiempo. Porque #leercontagia, no Tere?).
La 3ra, y acá este post, es que hace años vengo queriendo hacer un resumen de lo leído en el año. Me copa la bitácora de que hace Flor en El Castigo de Adan y Eva todos los años. O los post de recomendaciones de Marina en Solo para mi. Y al fin al cabo, para qué carajos escribo en este post si no es para hacer mi bitácora y mis recomendaciones.
Así que, here I am.





En 2017 leí poco. Por un lado unas vacaciones divinas, pero de viajar y caminar y conocer y caer rendida a la noche = poca lectura. Por el otro, un año difícil. Así y todo, tengo un lindo resumen. Creo que todo lo que leí, me gustó mucho. Aunque es posible que haya leído algo que no me gustara y no lo recuerde...
Empecé un libro que dejé después de un par de capítulos, un ensayo sobre la dicotomía Kirchenirsmo/ Macrismo que gané en un sorteo en @radioconvos y me pareció interesante para entender mejor nuestro país, pero me aburrió. Y si encima que leo poco, leo cosas que no me atraen me siento un poco boba. Así que ahí quedo, para otro momento o para regalar. Ya veré.


Ahora sí, la lista:

Catarsis

8/7/17





Tengo el corazón con agujeritos. Hace dos semanas saqué esta foto, las brasas de mi chapón se estaban apagando y yo las soplaba para ver si un poco de oxígeno revivía las llamas, mientras pensaba en mamá que a 10 minutos de casa peleaba para que su corazón tampoco se apague. 
Ni yo pude con las brasas ni ella con su corazón.

No soy de las personas que publican en las redes muchas cosas personales. Es un medio para compartir (y devolver) un poco lo que aprendo ahí: una receta, un tip, un lugar. Me gusta cuando contagio a alguien algo lindo, porque a mí me gusta ver y hacer cosas lindas. Mucho se habla por las redes de la visión instagramera del mundo: mundos perfectos, vidas impecables. Para mi no es mas que un recorte: si tengo que mostrar algo de mi vida, elijo que sea algo bueno. Algo que le sirva a alguien, o que sea un registro útil para mí. Un poco lamento a veces la decisión que tomé hace tiempo de no compartir esas cosas personales… los recordatorios de Facebook a veces me traen cosas geniales. Pero elegí no exponer mi vida ni la de mi familia a que quede fija por ahí.

Todos estos días seguí posteando boludeces como si nada. Porque estoy triste y me sirve hacerme la boluda, distraerme con un coliflor al horno o un viaje mental a Salta. Pero son las 5 de la mañana y me desperté con un nudo en el pecho, y no me puedo dormir. Porque los ejercicios de respiración que suelo hacer para relajar cuando tengo insomnio no me sirven, me hacen acordar a mamá peleándola con el respirador. Y lloro. Y no quiero despertar a #marido. Entonces necesito salir de la cama y escribir. 
Catarsis.

No soy de las personas que cuando pierden un familiar, un amigo, una mascota publican su obituario en las redes. No lo entiendo. Bah, si, entiendo que es un homenaje, una manera de despedirse, de contarlo a los demás, de compartir el dolor. Será por eso de que alegría compartida es doble alegría y dolor compartido es medio dolor? Pero no es mi estilo. Mi dolor es mío. Los que tengo cerquita me miman y me acompañan y ayudan a que duela menos. Pero duele. Honestamente, no me importa mucho que gente no conozco bien, y menos conocían a mamá, lamenten algo que en el fondo no lamentan más que por empatía. Mi dolor es mío.

Los que están cerquita saben que tenía con mamá una relación complicada. No era una mujer fácil. Pero es mi mamá. Todo lo que soy, es por ella. Por imitación o por el absurdo. Me transformé en esta mujer que soy con las herramientas que ella me pudo dar y las que fui aprendiendo. Sé que hizo lo mejor que pudo, con sus aciertos y sus pifies. Sé que no hubo más que amor de su parte. Sé que no me enseñó a cocinar ni un huevo duro, pero que todos mis valores se los debo a ella (y para eso no hay tutoriales en youtube, para lo otro sí). 
Sé que la estoy extrañando un montón.
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MENOS MAL QUE SOY DE GEMINIS. Todos los derechos reservados. © Maira Gall.