Catarsis

8/7/17





Tengo el corazón con agujeritos. Hace dos semanas saqué esta foto, las brasas de mi chapón se estaban apagando y yo las soplaba para ver si un poco de oxígeno revivía las llamas, mientras pensaba en mamá que a 10 minutos de casa peleaba para que su corazón tampoco se apague. 
Ni yo pude con las brasas ni ella con su corazón.

No soy de las personas que publican en las redes muchas cosas personales. Es un medio para compartir (y devolver) un poco lo que aprendo ahí: una receta, un tip, un lugar. Me gusta cuando contagio a alguien algo lindo, porque a mí me gusta ver y hacer cosas lindas. Mucho se habla por las redes de la visión instagramera del mundo: mundos perfectos, vidas impecables. Para mi no es mas que un recorte: si tengo que mostrar algo de mi vida, elijo que sea algo bueno. Algo que le sirva a alguien, o que sea un registro útil para mí. Un poco lamento a veces la decisión que tomé hace tiempo de no compartir esas cosas personales… los recordatorios de Facebook a veces me traen cosas geniales. Pero elegí no exponer mi vida ni la de mi familia a que quede fija por ahí.

Todos estos días seguí posteando boludeces como si nada. Porque estoy triste y me sirve hacerme la boluda, distraerme con un coliflor al horno o un viaje mental a Salta. Pero son las 5 de la mañana y me desperté con un nudo en el pecho, y no me puedo dormir. Porque los ejercicios de respiración que suelo hacer para relajar cuando tengo insomnio no me sirven, me hacen acordar a mamá peleándola con el respirador. Y lloro. Y no quiero despertar a #marido. Entonces necesito salir de la cama y escribir. 
Catarsis.

No soy de las personas que cuando pierden un familiar, un amigo, una mascota publican su obituario en las redes. No lo entiendo. Bah, si, entiendo que es un homenaje, una manera de despedirse, de contarlo a los demás, de compartir el dolor. Será por eso de que alegría compartida es doble alegría y dolor compartido es medio dolor? Pero no es mi estilo. Mi dolor es mío. Los que tengo cerquita me miman y me acompañan y ayudan a que duela menos. Pero duele. Honestamente, no me importa mucho que gente no conozco bien, y menos conocían a mamá, lamenten algo que en el fondo no lamentan más que por empatía. Mi dolor es mío.

Los que están cerquita saben que tenía con mamá una relación complicada. No era una mujer fácil. Pero es mi mamá. Todo lo que soy, es por ella. Por imitación o por el absurdo. Me transformé en esta mujer que soy con las herramientas que ella me pudo dar y las que fui aprendiendo. Sé que hizo lo mejor que pudo, con sus aciertos y sus pifies. Sé que no hubo más que amor de su parte. Sé que no me enseñó a cocinar ni un huevo duro, pero que todos mis valores se los debo a ella (y para eso no hay tutoriales en youtube, para lo otro sí). 
Sé que la estoy extrañando un montón.

Tenemos derechos. Y tenemos opciones.

19/5/17





Hoy Beta Suarez (a.k.a. @mujer.madre.y.argentina) subió a instagram esta foto, y decía cosas muy lindas sobre el Parto Respetado. Lindas, fuertes y que me hicieron pensar. Y dispararon este post.

Cuando nació mi hija mayor me sentí culpable mucho tiempo. Mucha gente me miró con "esa" cara o directamente me sermoneó por haber permitido que el médico me hiciera cesárea, por no haber exigido un parto respetado. Ninguna de esas personas tuvo en cuenta que mi cachorra pesó apenas 4.273 kg, que yo estaba en la semana 41 y que nunca dilaté ni 1 cm. Ni que las contracciones me partían de dolor, la bebita empezaba a no pasarla bien ni que llorando le pedí al doc que me ayude a que nazca.
Después cambié de médico. Averigüé quien era el más anti-cesárea de toda la cartilla. Cuando quedé embarazada de la segunda y llegué con mi evatest en la mano lo primero que me dijo fue Felicitaciones, y lo segundo la fecha de la cesárea programada. Quedé tan en shock que quedé muda. Estuve angustiada un mes, hasta el próximo control, cuando le pregunté porqué cesárea, si a él no le gustaba hacerlas. Y me dijo que no lo gustaba la cesárea porque sí. Pero con mis antecedente (bebé grande + cero dilatación) no creía que fuera posible, y que no iba a poner en riesgo ni a mi ni a mi hijo por una moda, pero que lo íbamos a ir viendo.
Carmencita nació con 4,700 en la semana 39. Claramente no iba a poder salir sin ayuda! Tuve otro parto divino. Cesárea, claro.
Preguntá. Consultá. No te quedes con dudas. Las madres tenemos derecho, pero también decisión.

"Porque hay cesáreas que entran en la definición de parto respetado y partos "naturales" que son una falta de respeto" dice @mujer.madre.y.argentina en su post de hoy. Yo les recomiendo que vayan y lo lean.

Esta es la Semana del Parto Respetado. En la Argentina tenemos una ley (Ley de Parto Humanizado Nº 25.929  y su reglamentación en el Decreto 2035/2015) que habla de generar un espacio familiar donde la mamá y su bebé sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible.

#tenemosderechos 

Yogur o Yogurth? No se, pero es riquísimo. Y casero.

4/5/17

Ultimamente estoy muy tiquismiqui con los productos ultraprocesados. No es que en mi casa no haya galletitas dulces ni gaseosas, pero cada vez tomamos más aguas, jugos, licuados, y horneamos muffins, galletitas, etc todas las semanas. De verdad intento todos los días inclinar la balanza hacia un lugar más saludable (la balanza que me pesa a mí no lo sería tanto... pero esa es otra cuestión).
Creo que es algo que empecé a tener más en cuenta a partir de que nacieron las chicas. Mi mirada sobre muchísimas cosas cambió junto con la maternidad, pero mi norte todos los días es que #hagamosdelmundounlugarmejor.  Y qué es un mundo mejor para mi? un mundo más limpio, más sano, más respetuoso, más solidario, más lindo, más rico.
Uno de los pequeños cambios que introdujimos es dejar de comprar yogurth. Un poco porque hacerlo es tremendamente fácil, otro poco porque es mucho más barato, bastante porque es muchísimo más rico y otro tanto porque es algo más con qué jugar a la hora de comer.
Lo hago sin sabor y sin endulzar. Tengo un frasco grande en la heladera y lo uso para muchas cosas.
Qué cómo lo hago? Qué cómo lo uso? Para saber todo eso van a tener que seguir leyendo el post.






































Hablemos de Autismo

2/4/17


Conocí a Cintia a través de las redes por su emprendimiento de cuadernos y libretas hechos a mano. Después la conocí del otro lado de la pantalla, en una reunión con otros amigos que pasamos del mundo virtual al “real”. Me pareció todo un personaje. En algún momento, hablando de cosas de hijos (ya no recuerdo qué, en esos encuentros se habla de demasiados temas) pero ponele que de alimentación, o contagios, o alergias, dijo algo tipo “cuando tu hijo es ‘…plinplinplin…’ tenés que extremar los cuidados”. No recuerdo tampoco qué palabra usó, pero estoy segura que no fue ni diferente ni discapacitado ni especial ni enfermo de tal o cual cosa.
Me quedé pensando qué le pasaría al hijo de esa chica alta con ese sentido del humor tan genial y ese combo entre reflexivo, oscuro y todomechupaunhuevo. Dijo algo lo suficientemente normal como para que el comentario pase sin mayor revuelo, pero no tanto como para no llamarme la atención. Pasó. Seguimos charlando veinte locos de diferentes cosas, pisándonos unos a otros, intercambiando datos y opiniones, pero sobre todo riéndonos mucho.
Al tiempo me enteré que el hijo de Cintia es autista. Y que ella escribe un blog sobre eso. Pero también sobre la vida. Sobre ser madre o padre. Sobre como sobrellevar la diaria, a veces con paciencia o con optimismo, enojo o fastidio. A veces con todo junto, siempre con amor. Es un blog que vale la pena leer.
Yo no tengo un hijo autista. Pero vivo mi vida igual que Cintia. Nos pasan las mismas cosas, aunque a ella le pasan (y le pesan) otras más. Yo no puedo cambiar su realidad, pero ella puede cambiar la mía. Porque aunque a ella no le guste, me inspira. Me inspira a buscar en mí esa fortaleza que ella tiene. 

Cintia dice: “Yo no tengo autismo. Mi hijo de 4 años, Lautaro, tiene autismo. Yo lo único que hago es ponerme su camiseta”.
Yo no tengo autismo. Mis hijas no tienen autismo. Pero yo también me pongo su camiseta. Porque hoy es el Día Mundial de Autismo y es importante que hablemos de autismo. Para informar, para darle visibilidad al tema, por el diagnóstico temprano, por la inclusión de todos aquellos diagnosticados con TEA (Trastornos de Espectro Autista) en los sistemas de salud y educación. 
#HablemosDeAutismo #autismo #autismus #autism #diamundialautismo #2ADiaMundialAutismo






































Notas: 
La foto es del blog de Cintia. 
El diseño de la remera es de la genia de Seel, otro lindo personaje que conocí gracias a las redes.


De cómo el 2001 me dio un hogar y un desayuno con churros.

19/3/17



Recién mudada. Recién embarazada. Recién despertada, pero no mucho. Escucho desde la calle un silbato largo y uno corto, seguido de un grito de Churrrrrooooos! Calentitos los churros! Medio dormida me acuerdo del heladero de mi infancia, o del barquillero en la playa. Debo seguir soñando, porque qué bueno sería desayunar con churros. Los escucho de nuevo pero esta vez más cerca. Abro los ojos. Abro la ventana. Si. RE. Se re escucha la voz de un hombre ofreciendo churros a las 8 y media de la mañana. Me asomo y le grito Señor! Señor! Acá, en la ventana! Y lo veo por primera vez. De punta en blanco, en su bici, con la canasta. Llena de churros rellenos. También simples. También bolas de fraile. Y a veces tortas fritas.




No lo puedo creer. Tengo churros rellenos en la puerta de mi casa. Yo en pijama adentro y ellos ahí afuera, listos para mi desayuno.
Me cuenta el Señor de blanco que sí, que él pasa siempre los fines de semana, y a veces en la semana. 8.30 mas o menos pasa con los churros todavía calentitos, y que vuelve a pasar entre 10.30 y 11 pero ya a temperatura ambiente.
Y cómo hago para pedirle? Cómo se llama usted?
Usted asómese como hizo hoy cuando me oiga cerca, y grite Churros! Yo la voy a oír.
Le compro media docena y soy feliz.
Feliz de tener esta casa, en este barrio, esta bebita en la panza y esta family-to-be que ama los churros.

La historia arranca cuando buscábamos casa para mudarnos de nuestro departamento en Palermo. Bah... del de #novio. En realidad no queríamos mudarnos, pero una cantidad de sucesos fortuitos encadenados nos hicieron comprar una casa juntos.
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